sábado, 15 de mayo de 2010

Mayo Germinal

Dejamos el coche en los alrededores de Cala Reona, me habían hablado de ella pero no habíamos estado nunca. Es uno de esos lugares a los que no irías con cualquiera. Bajamos por un camino entre zarzas tomando cuidado de no tropezar, nos ayudábamos el uno al otro, las prisas por llegar y la necesidad de ejercitar las piernas después de tanto coche hacían que la marcha fuera algo precipitada. Por fin bajamos a la altura del mar y buscamos una esquina apartada para dejar nuestras cosas, pocas, toallas y un macuto con cuatro tonterías.

Tiramos los trastos sobre una roca que rezumaba el calor acumulado durante todo el día y nos quitamos la ropa. G tiene todo el pecho lleno de pecas, es como una especie de vía láctea en negativo. El sudor le recorría todo el pecho. Saqué una botella de agua del macuto y se la ofrecí. Era unos de esos calurosos días de primavera, de esos que anticipan la inminencia del verano. Metí los pies en el agua mientras escuchaba el siempre nostálgico sonido del mar. G saltó de golpe al agua como en uno de esos anuncios de colonia, parecía como si fuera desapareciendo dentro de ese azulado cristal liquido que decía entra. Era una de esas idílicas escenas de relato erótico, esos en los que al no haber tiempo no hay mas contenido que la expectación, la observación de lo estético, de lo temporal, de la sucesión de imágenes para el onanismo.

G me agarró el pie desde dentro del agua y metió el dedo gordo de mi pie en su boca, una boca que siempre sonreía como si hubiera sido diseñada con ese propósito, y su lengua lamió mi salado dedo. Mientras hacía esto tiraba de mi pie suavemente tratando de hacerme caer al agua. La luz se fracciona al entrar en contacto con el agua y crea luminosos dibujos que se imprimen en la piel como una especie de camuflaje marino, la piel de G es blanca inmaculada y suave.

Dejé llevarme al agua tirado por aquellos brazos que salían del mar. Tenia toda la boca salada, el salitre se mezclaba con el sudor y su saliva. Tenia una mano en mi nuca y la otra entre mis muslos. Todos los pelos de mi cuerpo bailaban al son de la corriente marina. Todos estaban extendidos, desplegados dando a mi cuerpo aspecto de erizo mas que de persona.

Mientras besaba a G agarraba su cintura angulosa y con una mano me acercaba a su nalga, cabe en mi mano como una pieza de fruta. Nuestro bello púbico se entrelazaba mientras nos besábamos como si fueran parte de algo hace mucho tiempo separado. El palpitar había comenzado, ese palpitar que anuncia que los preliminares han surtido efecto.

Subí a la roca a secarme al sol mientras que G se acercó desde el agua y posó su cabeza entre mis muslos, su nariz jugaba con mi entrepierna dándome pequeños empujones. Tiré de su brazo para que subiera a la roca, tumbados estaríamos mejor. Las toallas mullían algo el suelo de la roca, lo hacían mas agradecido, calentadas al sol durante horas facilitando que nos secáramos. Me gusta su cuello y lo suelo lamer. Está salado, mas de lo normal, es el salitre que se queda cristalizado sobre toda la piel.

G tiene un pecho acústico, crea la necesidad de acercarte a el y posar la cabeza, el oído y por qué no el sexo, que también es buen lugar para escucharlo, cerca del corazón que palpitaba a galope como un pura sangre. Teníamos todo el cuerpo enrojecido, capilarizado, con la brisa marina erizado, bombeando entre respiraciones acompasadas que aturden a los sordos. Esos momentos en los que la respiración y el flujo sanguíneo son prioridad, no hay tiempo, solo acción en un ruidoso silencio.

Solo un agudo pitido nos acompaño al volver al coche, tanto latir debió haber alterado sensiblemente nuestra percepción auditiva dejándonos como recuerdo ese sonido monosilábico. Un precio mas que justo por el souvenir. La cala que no conocemos es ya parte de nuestro recuerdo, parte ya de nuestra colección de anécdotas, de historietas y batallitas que nos unen, porque nunca estuvimos en Cala Reona, o puede que de algún modo sí.

Aclimateos


Rosa Casi Rojo


El Superpaco


La Vane

martes, 11 de mayo de 2010

sábado, 8 de mayo de 2010

viernes, 7 de mayo de 2010



Evripidis and his Tragedies

Al-Fanar

Sosegado el mar a tus puertas,
cegada tu luz por el día y el paso del tiempo.
Todo ha pasado para ti, todo ha pasado por aquí.
¿Cuántos se han acercado a tu orilla,
a tirarle piedras al Mediterráneo?
- Monsieur, Monsieur!
Katherine te acerca una piedra.
Lanzamos mensajes al fondo de nosotros mismos,
lanzamos perlas de ilusión, lapidamos la realidad
con flores de esperanza, perdidos en tus aguas.
Cada vez más lejos, cada día más grandes.
Somos piedras en tu estómago, somos faros sin brío.
Fuimos, tiempo atrás, Katherine y Tony en Al-Fanar.

Aitor Vieco

sábado, 1 de mayo de 2010

Negra mar



tu tocas mi cuerpo,
y lo siento en mi alma,
lo siento en mi sexo,
pero pierdo el tiempo en ti,
serias hielo en mi,
pero pierdo el tiempo pensando en ti

Dofi

domingo, 18 de abril de 2010



Fran Barquero

lunes, 12 de abril de 2010

Tonto el último.




Lo recuerda perfectamente. En cuanto llegaba el verano, iban todos a corretear por la playa. Se enterraban vivos y hacían sus necesidades ahí donde empezaban los pinos.
Porque en la playa no eran niños. Eran guerreros. Andaban medio desnudos, con palos y amuletos. Los hacían con algas secas, conchas y piedras. Y se gritaban entre ellos. Y les gritaban sus madres. También comían tarde y a bocados porque de tanto correr les entraba el hambre. Eran caníbales pero eran bellos. Les brillaban los ojos y la piel. La tenían suave y tostada. También les brillaban los mocos, porque en la playa les salían mocos a borbotones, pero al final todo se lo llevaba el agua. Lo hacía a lametazos tranquilos y tibios… Digamos que era una sensación agradable. A veces, la muy tímida, se echaba para atrás, se retiraba y ellos, como locos, iban a buscarla. ¡Tonto el último!- decían, dando brincos, porque si se demoraban un poco se les quemaba la planta de los pies.
Hasta que llegó uno con un cubo. Luego llegó otro. Y otro. Y juntos, empezaron a cavar hoyos. Al principio lo hacían con las manos, luego sirviéndose de palas y rastrillos. Levantaron murallas aquí y allá. Y en cuanto las derribaba el agua, ellos volvían a empezar, pero en vez de echarse atrás, las hacían más gruesas. Luego, llegaron los túneles y las torres. Eran castillos que con el tiempo se hicieron más y más grandes. Y también más estables. Hasta que llegó el día en que aquellos castillos se impusieron al resto. Se lo comieron… Porque habían cambiado de juego, aunque el objetivo era el mismo: lo importante era llegar el primero.

Andrea Valdes.

http://www.mcfly-hayalguienencasa.blogspot.com/

Ilustración de Pedrol

domingo, 11 de abril de 2010

mundo enfermo (reproduce este clip con el sonido que te apetezca)

mundo enfermo (reproduce este clip con el sonido que te apetezca) from Minimo Esfuerzo on Vimeo.



El hijo del mundo ya no es el hijo del mundo.
El hijo del mundo ya no es el hijo del mundo, porque ya no se comporta como el hijo del mundo.
Al hijo que una vez fue del mundo, aunque lo sigue siendo, ya no no le interesa más que lo que le interesa.
Desprecia lo que fue. Menosprecia lo que será.
Pues es sólo él;
Pues sólo él, cree, sobrevivirá.

Jordi Cussó

http://campopuntocero.com/

martes, 23 de marzo de 2010

Nuevo dibujo Ilustración



Fran Murcia

Nuevo dibujo ilustración

http://www.facebook.com/home.php?#!/photo.php?pid=108087&id=100000666347083





Elisa Pereza






Fanzine Cala Reona

Cala Reona es una pequeña cala que pertenece
a Cartagena, es la última cala que queda sin
urbanizar entre Cabo de Palos (La Manga) y el
Parque Regional de Calblanque. El Ayuntamiento
de Cartagena está intentando revisar un obsoleto
plan de urbanización que ya se desestimó en los
años 80 y que pretende recalificar los terrenos
actualmente no urbanizables y permitir la urbanización
en primera línea del Mar Mediterráneo e
inmediatamente colindante al Parque Regional de
Calblanque.

Los terrenos de Cala Reona tienen un incalculable
valor ambiental y paisajístico. La zona alberga
hábitats de interés comunitario y poblaciones
de diversas plantas amenazadas y protegidas. La
urbanización de esta zona tendría efectos sobre
el propio Parque Regional de Calblanque que
resulta inmediatamente colindante.

Por todo esto hemos decidido hacer un fanzine
sobre el conflicto que se ha creado con Cala
Reona. Nuestra intención es que sea cual sea
la resolución del conflicto quede constancia
de forma creativa de nuestro desacuerdo y que
somos muchos los que estamos en contra de esta
forma de desarrollo que no respeta el patrimonio
natural. Queremos contribuir a que se conozca y
se haga conciencia sobre lo que sigue sucediendo
con playas, humedales, montes y otros muchos
espacios naturales, y reivindicar nuestro derecho
a disfrutar de los espacios naturales abiertos que
son de todos y que no se privaticen pasando a ser
de unos pocos.


Cala Reona is an idylic bay in the Murcia province in Spain. It is the last virgin beach that remains between Cavo de Palos and the Natural Park of Calblanque, it is famous for it´s crystal clear water and is a shelter for various species of typically mediteranean plants and wildlife that is protected by law.Lately there has been a reconsideration of plans to begin construction there, plans that were rejected ´80s and they had been revisited lately. Constructing on Cala Reona would destroy a site of extraordinary natural beauty, would threaten the existence of various plants and animals and would have negative effects on the nearby Natural Park of Calblanque.


Contacto: fanzinecalareona@gmail.com
fotos de ANSE: http://www.asociacionanse.org/
Gracias a Evripidis por el texto en Inglés.